Un recorrido terrorífico por la Historia del Arte

Por Clara Belén Gómez

Las historias de miedo y de terror junto a sus representaciones son tan añejas que, a pesar de verlas por doquier en las modernas fiestas que nos acontecen actualmente, han estado presente caminando en la fantasía del hombre en una contradicción constante entre el desagrado y la atracción. Quiero crear así un recorrido por este pasaje imaginario: una galería con algunas obras terroríficas e inquietantes de la Historia del Arte que no nos han dejado indiferentes a pesar del paso del tiempo.

Por eso en estas fechas que se acercan, en las que Churriana transforma sus calles en terroríficos escenarios, se me ha ocurrido recordar esas obras pictóricas que en la Historia del Arte han destacado por su sordidez, crudeza y/o violencia. Pinturas que han suscitado miedo e inquietud en su época y que aún hoy en día, cuando creemos haberlo visto todo en el cine, nos siguen sorprendiendo.

Y es que son obras que han inspirado a escritores y directores de cine, porque el terror y el miedo han estado en la profundidad de la psique humana desde el inicio de los tiempos y ha emergido en obras que, hoy en día, son emblemáticas y que vamos a recordar. Su orden no va a ser cronológico, para poder jugar con diferentes estilos y temáticas. Por supuesto no van a estar todas, ni siquiera una mínima representación, ya que sería muy extenso este artículo, y son tantas las que he encontrado, que tampoco sé si sería posible, pero espero que con estas obras seleccionadas podamos recorrer un pasaje del terror digno de estas fechas. Tamibén me hubiera gustado hacer honor al título ya haber abarcado arquitectura y escultura, pero lo dejo para otra ocasión.

Antes de comenzar este terrorífico recorrido, cito las palabras del noruego Edvard Munch, autor de la famosa obra El grito, para enmarcar de sensaciones angustiantes nuestro recorrido:

Me apoyé en una valla muerto de cansancio – sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad – mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad, sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza.

Podemos empezar con la obra de La pesadilla, de Johann Heinrich Füssli, que también es conocida como El íncubo, fue pintada en 1781 y realizó más versiones sobre el mismo tema. Este pintor suizo, afincado en Gran Bretaña, se convertirá en un referente en pintores del S.XIX, apasionados por el ocultismo.

El íncubo de Johann Heinrich Füssli
El íncubo, de Johann Heinrich Füssli Wikipedia

Otra obra de Johann Heinrich Füssli, es Lady Macbeth con los puñales (1812) que inspirada en un fragmento de La tragedia de Macbeth, de William Shakespeare:

LADY MACBETH.—¡Cobarde! Dame esas dagas. Están como muertos. Parecen estatuas. Eres como el niño a quien asusta la figura del diablo. Yo mancharé de sangre la cara de esos guardas. (Suenan golpes.)

MACBETH.—¿Quién va? El más leve rumor me horroriza. ¿Qué manos son las que se levantan, para arrancar mis ojos de sus órbitas? No bastaría todo el Océano para lavar la sangre de mis dedos. Ellos bastarían para enrojecerle y mancharle.

Lady Macbeth con puñales de Johann Heinrich Füssli
Lady Macbeth con puñales, de Johann Heinrich Füssli Wikipedia

Pero una de las más conocidas es sin duda La cabeza de Medusa de Caravaggio, pintada en 1597, y que representa la cabeza recién cortada de Medusa. Muestra justo el momento del violento acto, con la sangre brotando y las serpientes de su cabeza retorciéndose en todas las direcciones. Su expresión desencajada refleja magistralmente su fatídico encuentro con Perseo. Esta obra fue pintada primero en un lienzo y luego pegada en una rodela, un escudo circular que se utilizaba en los torneos. Esta pintura es considerada además un posible autorretrato de Caravaggio.

La cabeza de Medusa de Caravaggio
La cabeza de Medusa, de Caravaggio Wikipedia

Pero quizás la obra Medusa Peter Paul Ruben, pintada sobre 1618 , provoque más esa repulsión y a la vez atracción que tanto vemos hoy en día en las fiestas y calles por estas fechas de Víspera de Todos los Santos, que ahora hemos acogido como la fiesta anglosajona de Halloween. Y es que alrededor de la cabeza cortada de la desgraciada Medusa, aparecen infinidad de reptiles e insectos: una salamandra, serpientes, un escorpión, gusanos, arañas hasta lo que parece una serpiente de dos cabezas.

La expresión de horror de Medusa y las serpientes retorciéndose agresivas, más la sangre brotando de su cuello de la que emanan más gusanos, es sin duda una obra en la que el espectador puede quedar atrapado y no dejar de mirarla, a pesar de ser una escena desagradable.

Medusa de Peter Paul Rubens
Medusa, de Peter Paul Rubens Wikipedia

Y hablando de obras emblemáticas, quién no conoce las pinturas negras de Francisco de Goya. Esta serie de obras murales, realizadas por Francisco de Goya en el palacete de la Quinta del Sordo entre los años 1819 y 1823, fueron pintadas con óleo al secco sobre el yeso de las paredes y no pueden faltar en nuestro recorrido dos obras en concreto: Saturno devorando a sus hijos y Aquelarre.

Saturno devorando a su hijo: esta obra está situada a la izquierda de la ventana, en el muro del lado este de la Quinta del Sordo, representa el momento en el que el titán Cronos, o Saturno, en la mitología romana, devora a sus hijos recién nacidos por temor a ser destronado por ellos.

Saturno devorando a su hijo de Francisco de Goya
Saturno devorando a su hijo, de Francisco de Goya Wikipedia

Aquelarre: Como en una pesadilla, esta obra representa una reunión de grotescos brujos y brujas, con el macho cabrío, protagonizando la escena, en contraposición con la novicia, que es la única que no lo mira, ya que su atención se centra en otra figura.

Esta pintura, también conocida como El gran Cabrón, se encontraba situada en el lado sur del de la planta baja famosa casa de Goya, entre dos pequeñas ventanas, llenando todo el espacio. En la pared de enfrente se encontraba otro famoso óleo: La romería de San Isidro.

Aquelarre de Francisco de Goya
Aquelarre, de Francisco de Goya Wikipedia

Saliendo del mundo mitológico, supersticioso u onírico, Francisco de Goya y Lucientes nos dejó también este grabado basado en la crudeza de la Guerra de la Independencia. Porque la realidad igualmente puede ser impactante como es esta desgarradora obra titulada: Grande hazaña, con muertos (1810-1815).

Grande hazaña con muertos de Francisco de Goya
Grande Hazaña, con muertos, de Francisco de Goya Wikipedia

Y sí, es que verdaderamente El sueño de la razón produce monstruos, pero siguiendo nuestro caprichoso recorrido, volvamos a esas figuras ficticias universales como es el caso de la siguiente obra:

Dante y Virgilio en el infierno: Fue pintada por William-Adolphe Bouguereau, en 1850, para representar un episodio de la Divina comedia, de Dante. Dos almas luchan en el octavo círculo del infierno: el lugar donde se encuentran los falsos y falsificadores.

Muy alejados de la caricaturesca representación de los personajes del Aquelarre de Goya, esta escena cuida el detalle en la anatomía de las figuras de los protagonistas, observados por Dante (de rojo y con su característica nariz), Virgilio (con corona de laurel y toga) y el mismo demonio que. Al fondo se representan a los condenados.

Es una escena llena de gran sensualidad y violencia, donde contrastan las expresiones de inquietud de Virgilio y Dante, la agresividad de Gianni Schicchi al morder; el dolor del hereje y alquimista Capocchio, y la sonrisa divertida del demonio que se cruza de brazos.

Virgilio y Dante de William-Adolphe Bouguereau
Virgilio y Dante, de William-Adolphe Bouguereau Wikipedia

Saltamos de nuevo, pero a una temática diferente: monstruos imaginarios, como La araña sonriente de Odilon Redon de 1881, que muy bien podría estar en los atrezos actuales de tantas fiestas de Halloween. Esta araña humanizada, con su risa inquietante es solo una pequeña muestra de la gran imaginación del artista. Seres que aunque aseguramos que no existen, no nos son agradables a la mayoría y por tanto, evitamos o tememos.

La araña sonriente de Odilon Redon
La araña sonriente, de Odilon Redon Wikipedia

No nos podemos olvidar del Bosco, cuya riqueza imaginativa aún hoy sigue sorprendiéndonos. He elegido dos detalles de dos obras: Soberbia y La muerte de una avaro.

Detalle de Soberbia de El Bosco
Detalle de Soberbia, de El Bosco Wikipedia

En su obra Soberbia (1500), un inquietante demonio sostiene un espejo, mientras que en la obra La muerte de un avaro (1499-1500), la muerte es representada como un esqueleto que no de deja tampoco indiferente al espectador.

Detalle de La muerte de un avaro de El Bosco
Detalle de La muerte de un avaro, de El Bosco Wikipedia

Aunque es sin duda El infierno, el panel derecho de de su obra El Jardín de las Delicias, con sus seres imaginarios, insectos inventados, orgías, escenas violentas, manos que tienen vida propia e infinidad de escenas imposibles con quien cierro este terrorífico recorrido.

Detalle de El jardín de las delicias de El Bosco
Detalle de El jardín de las delicias, de El Bosco Wikipedia

Son muchas obras las que se quedan en el tintero, y por eso os invito a que continuéis el recorrido vosotros, porque es apasionante, sorprendente y en muchos casos verdaderamente terrorífico. Y es que la Historia del Arte contiene toda la inspiración que podamos imaginar y más. Podéis completar vosotros este pasaje con obras de Willian Blake; Théodore Gericault y su obra Partes anatómicas, Paul Rubens y su Masacre de los inocentes; Infierno de Hans Memling; Gustave Dore,; otras obras no mencionadas aquí de Francisco de Goya, como Fiero monstruo, de la serie Desastres de la guerra; el aguafuerte de James Ensor, La muerte persiguiendo al rebaño de humanos; J.J. Grandville; Joseph Apoux y tantos, tantísimos pintores y obras...